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La tecnología de pesaje digital en la industria alimentaria

Las células de carga con tecnología de galgas extensométricas son más resistentes, más duraderas y más baratas que las células de carga basadas en la compensación de fuerzas electromagnéticas (EFC). Ofrecen una mayor productividad en prácticamente cualquier aplicación de la industria alimentaria.

Gracias a la digitalización de los procesos de producción, el internet industrial de las cosas ofrece mejoras de eficiencia y productividad a las industrias alimentaria y de envasado. En concreto, el mayor potencial de la tecnología de pesaje digital radica en su capacidad para determinar cantidades de llenado de forma mucho más rápida y precisa. Y eso puede generar grandes ahorros —de varios millones de euros al año en algunos casos— como ya ha demostrado el ejemplo de un fabricante de leche de coco de Shanghái. Además, la tecnología de pesaje analógico ya existente puede digitalizarse de manera fácil y fiable, empleando electrónica de transductores e integrándola en una plataforma común.

Las empresas de los sectores de alimentación y envases deben cumplir las disposiciones de la Directiva 76/211/CEE sobre productos preenvasados. Por ejemplo, el reglamento alemán sobre envasado (§ 22 FPackV) plantea requisitos muy claros en este sentido: en promedio, la cantidad no debe ser inferior a la capacidad nominal del envase. En términos prácticos, eso significa que el productor siempre tiene libertad para llenar "de más", pero es esencial que no ponga menos que la cantidad indicada. Por ejemplo, si unas tabletas de chocolate tienen que pesar 100 g, solo es admisible que el 2% de ellas pesen menos de 95,5 g, y ninguna puede pesar menos de 91 g. Como consecuencia de esta estricta reglamentación, muchos fabricantes de alimentos trabajan con tolerancias de sobrellenado... que les salen caras. Estas tolerancias pueden suponer costes adicionales importantes, en especial con productos de alto valor como aceite de oliva, helado o cosméticos. Por otro lado, los productos con un peso insuficiente se rechazan, lo cual genera a su vez más gastos y procesos adicionales, con sus costes asociados. Todas estas ineficiencias pueden evitarse con una tecnología de pesaje más precisa y fiable, que puede intervenir entre las fases de llenado y dosificación y las básculas de control que se encuentran al final de la línea de producción.