En la práctica se utilizan tres métodos
El empleo de transductores de fuerza para medir fuerzas ofrece importantes ventajas, por ejemplo, una alta precisión. Sin embargo, algunas veces trae más cuenta medir las fuerzas mediante derivación. Para estos casos existen sensores especiales perfectamente adaptados a la aplicación. Este artículo explica los tres métodos utilizados para hacer mediciones mediante derivación de fuerzas.
Los transductores de fuerza calibrados tienen la ventaja de que la curva característica que se determina durante la calibración —es decir, la relación entre la fuerza aplicada y la señal de salida— se puede reproducir fácilmente incluso después de su instalación sobre el terreno. La condición previa es que el transductor de fuerza debe montarse en la dirección de aplicación de la fuerza y que no haya derivación de fuerzas. Es preciso asegurarse de que toda la fuerza que se desea medir fluye a través del transductor.
Esto también significa que las características específicas del transductor de fuerza —por ejemplo, la rigidez y el comportamiento dinámico— afectan al diseño en su conjunto. Además, los transductores de fuerza para fuerzas elevadas son estructuras muy grandes.
Como alternativa, se puede realizar una medición de la fuerza basándose en la deformación de una estructura de medición. Para ello, existen tres métodos diferentes.
Los tres métodos que pueden utilizarse son los siguientes:
- Instalación de galgas extensométricas
- Utilización de extensómetros roscados, a veces incluso con electrónica integrada
- Utilización de anillos de medida de fuerzas, con galgas extensométricas o tecnología piezoeléctrica
La tabla muestra las principales ventajas e inconvenientes de los distintos métodos: