La decisión de utilizar sensores de fuerza piezoeléctricos o de galgas extensométricas depende de la aplicación. Los sensores piezoeléctricos son más adecuados si la aplicación cumple alguna de estas características:
- Confined space for sensor installation
- Instalación del sensor en un espacio confinado
- Medición de fuerzas pequeñas con una carga inicial elevada
- Amplio rango de medida
- Medición a temperaturas excepcionalmente altas (hasta 300 °C)
- Estabilidad extrema a las sobrecargas
- Mediciones muy dinámicas
Los sensores de galgas extensométricas también presentan ventajas con respecto a los piezoeléctricos. Por ejemplo, permiten medir fuerzas de tracción y suelen ser más económicos. Por otro lado, ofrecen una mayor exactitud, menor deriva y calibraciones estáticas muy precisas. Cuando se desea realizar mediciones de referencia, no existe alternativa a la tecnología de galgas extensométricas.
Nosotros recomendamos verificar en cada caso qué transductor se adapta a los requisitos de la tarea de medida de la forma más idónea y rentable. Una vez que se toma la decisión de utilizar un sensor piezoeléctrico, surge otra cuestión: ¿cuál es el transductor de fuerza correcto? A continuación examinamos en detalle los campos de aplicación típicos, con el fin de facilitar la elección.