Para asegurarse el éxito de la iniciativa, la FFS recurrió a la empresa Des-I-D, capitaneada por Pierre Désarmaux, un experto en gestión de proyectos. Esta empresa participa en proyectos con alto potencial de innovación y aporta servicios de gestión de proyectos complejos o multidisciplinares. La experiencia de su director en la empresa Salomon-Amer y su conocimiento del entorno convencieron a la FFS de que Des-I-D era el socio adecuado.
A partir de ahí, todo fue muy rápido, tal como explica Pierre Désarmaux: "Empezamos por redactar unos requisitos funcionales que respondieran claramente a las expectativas de la FFS. La aplicación exigía instalar sensores de fuerza en los asideros, para registrar y después procesar la información recibida. Conocemos a HBM desde hace mucho tiempo y sabíamos que podrían aportar una solución total para el problema, desde el sensor hasta el procesamiento de las mediciones. Así que les invitamos a unirse al proyecto. HBM nos propuso una solución técnica bien adaptada y nos puso en contacto con la empresa Astrym, a la que encargamos el desarrollo de la aplicación de adquisición".
La solución de HBM estaba compuesta por sensores con galgas extensométricas, en versión apta para baja temperatura, un sistema de adquisición de datos SoMat, y un software de análisis de datos nCode GlyphWorks . En esta aplicación, fue preciso hacer desarrollos especiales en los sensores, explica Désarmaux, de Des-I-D: "Conjuntamente con la FFS y con la ayuda de Claude Nanjod —un experto de gran prestigio en mecánica de alta precisión— diseñamos, desarrollamos y fabricamos un elemento sensor cilíndrico a medida, que se podía insertar entre los asideros a los que se agarran los esquiadores y el bastidor de soporte de los asideros. Cada sensor dispone de dos galgas extensométricas adhesivas, capaces de medir las fuerzas que se ejercen en dos direcciones perpendiculares. Para garantizar la integridad de este dispositivo, hubo que prestar una atención especial al diseño de unas salidas axiales con conectividad estándar, de modo que no hubiera cables estorbando en el puesto de salida en el que se colocan los esquiadores. Las fuerzas que se ejercen sobre los asideros en el momento de la salida son altas. Por ello, la aplicación se diseñó para acomodar una fuerza total de 200 daN, es decir, 100 daN en cada asidero.
En esta aplicación de la FFS, la adquisición es relativamente sencilla: tan solo 4 canales de datos (dos sensores en cada asidero), sin grandes exigencias metrológicas o limitaciones dinámicas. "Aunque el dispositivo fuera sencillo, sí que tenía una restricción importante: el sistema de adquisición de datos iba a utilizarse en el exterior, concretamente en una montaña; debía moverse mucho, así que tenía que ser compacto y ser capaz de funcionar con baterías. También debía soportar condiciones ambientales hostiles, como frío, golpes, humedad y nieve", comenta Désarmaux. Se seleccionó un sistema SoMat por su movilidad y su capacidad para trabajar a temperaturas de hasta -20 °C. Fue una excelente elección que, además, se encuentra disponible en una amplia gama de variantes, con una configuración escalable para aplicaciones grandes o pequeñas, por no hablar de la opción de futuras expansiones.