Arquitectura del sistema
Para instrumentar la estructura del puente se definió una arquitectura híbrida con sensores ópticos con tecnología de red de Bragg en fibra (FBG) y sensores eléctricos convencionales para adquirir diversas magnitudes. Se diseñó un sistema de monitorización global que medía las deformaciones, la temperatura, la velocidad del viento y las corrientes marinas. En total se instalaron 284 sensores ópticos y tres interrogadores HBM FiberSensing encargados de adquirir los datos. Aprovechando la red de fibra óptica que fue preciso instalar para transmitir las señales de los sensores ópticos, consistente en dos cables multifibra de 24 vías desplegados a lo largo de los 800 m del puente, se integró una comunicación con un sistema PMX de HBM responsable de la lectura de los sensores eléctricos.
En los puntos estratégicos, el cable multifibra se dividió para conectar individualmente cada fibra a los sensores. Todas las conexiones se protegieron con cajetines específicos repartidos por la estructura.
Para facilitar y acelerar el proceso de instalación —un requisito indispensable para la ejecución del proyecto—, los sensores ópticos se suministraron en forma de cadenas de sensores montadas de fábrica. Se utilizaron dos métodos de instalación distintos, dependiendo de los componentes estructurales en los que se montaba cada sensor. Dado que el puente es una estructura metálica, la opción más inmediata era instalar los sensores mediante puntos de soldadura. Eso fue lo que se hizo en el caso de los soportes auxiliares y tirantes centrales, elementos que se mantuvieron en la estructura durante la totalidad del proyecto. En el caso de las barras de ojo —que debían sustituirse— se optó por pegar los sensores con un adhesivo. Las cadenas de medida incorporaban sensores de deformación y de temperatura. Se necesitaba una combinación de ambos para compensar los efectos de la temperatura sobre las mediciones de deformación.