Eficiencia y seguridad en las pruebas de funcionamiento de los componentes
Cuando el catálogo de productos y componentes es tan variado, el programa de ensayos e inspecciones se vuelve rápidamente complejo. ¿Es necesario comprobar cada componente individual? ¿Hay que crear un prototipo independiente para cada variante de un modelo y probarlo en el banco de ensayos? ¿O se pueden hacer pruebas más genéricas de las configuraciones que figuran en las especificaciones técnicas?
Estas preguntas afectan, por ejemplo, a los ensayos funcionales de los componentes que se emplean en los asientos para automóviles. En lugar de construir un espécimen para cada posible caso de aplicación —algo muy costoso—, CRH hace pruebas con los componentes individuales del asiento del coche antes de iniciar la construcción de un prototipo. Cuando se determina la combinación óptima, se crea el prototipo y se hacen pruebas de su comportamiento.
Se lleva a cabo una prueba preliminar para determinar las cargas que pueden aparecer en el caso de aplicación real. Para ello, C. Rob. Hammerstein (CRH) equipa la estructura típica de un asiento con servomotores y galgas extensométricas. Los datos que se obtienen en esta prueba preliminar se utilizan a continuación en el banco de ensayos.
Una vez en el banco de ensayos, se configura una prueba con un accionamiento lineal (el que se desea ensayar) y un servomotor (para simular la carga). El servomotor aplica fuerza contra el accionamiento lineal y simula la carga. Para simular una situación realista, a lo largo del ensayo se ejecuta un perfil de carga.
Hay una cosa clara: la calidad de un banco de ensayos es directamente proporcional a la tecnología que equipa. Por eso, CRH utiliza la tecnología de medición de HBM. Junto al accionamiento lineal se coloca un transductor de fuerza S9M, que mide las fuerzas de reacción. Los valores instantáneos se comparan con los valores objetivo. Los resultados se envían a un controlador PID, que se encarga de ajustar el servomotor.