Validación de modelos de elementos finitos con galgas extensométricas
El sistema de suspensión constituye un elemento crucial en el diseño de un coche de carreras eficiente. Desempeña un papel importante en la reducción del peso y la fricción, lo que mejora las prestaciones del vehículo. Para reducir no solo el peso total del vehículo, sino también la llamada masa no soportada, se debe utilizar la menor cantidad posible de materiales en la construcción del sistema de suspensión. Una masa no soportada baja garantiza una respuesta rápida de la suspensión a los golpes y baches. Eso ayuda a mantener un contacto constante entre los neumáticos y la pista, y a que el control del vehículo sea máximo.
La rigidez de la suspensión es otro elemento importante, dado que cualquier deformación de la suspensión influye en la geometría del coche y, por consiguiente, en aspectos como el ángulo de arrastre, la inclinación lateral y el ángulo de convergencia/divergencia, lo cual, a su vez, afecta negativamente a la maniobrabilidad y la fricción de rodadura. Por otro lado, la suspensión debe soportar todas las fuerzas que actúan sobre el coche y mantenerlo en la pista en las curvas a gran velocidad.
Para que la reducción del peso no afecte a la resistencia de la estructura, se ha llevado a cabo una moderna simulación mediante elementos finitos durante el diseño. Solo faltaba un eslabón en el proceso de desarrollo de una suspensión robusta y ligera: la validación de los modelos de elementos finitos, para garantizar que fueran correctos (y que, por tanto, lo fuera también el diseño).
Esta validación, que aporta certeza sobre la corrección del diseño, se llevó a cabo aplicando galgas extensométricas a los distintos componentes de la suspensión. Se decidió realizar una prueba con cargas directas: se aplicó peso al vehículo y se midió la fuerza real ejercida en toda la suspensión, empleando para ello placas de pesaje bajo las ruedas.