9 de septiembre de 2009. En la bahía de Hyères, al sur de Francia, se intenta batir un récord mundial. El trimarán "Hydroptère" surca a toda velocidad el Mediterráneo. El viento de fuerza 7 que sopla es tan fuerte que la tripulación siente las salpicaduras de agua en la cara como bofetadas. La fuerza de la naturaleza se deja sentir en toda la embarcación. Pese a las dificultades, se bate el récord: el Hydroptère alcanza una velocidad de 51,35 nudos (aproximadamente 95 km/h), convirtiéndose con ello en el velero más rápido del mundo en distancias de 500 y 1000 m 1000 m.
Y este éxito tienen un nombre propio. El francés Alain Thébault lleva décadas persiguiendo el sueño de construir el velero más rápido del mundo: una embarcación tan rápida que prácticamente vuela sobre el agua. Para hacerlo realidad, Thébault no ha dudado en recurrir a la tecnología punta.
Se puede decir que los diseñadores del Hydroptère han reinventado la construcción náutica. Materiales altamente innovadores, un diseño optimizado y muchos ensayos… Todos los componentes del Hydroptère fueron probados con un único fin: conseguir el récord mundial. Algunos ejemplos:
- El equipo del Hydroptère desarrolló el denominado "Hydrofoil": un material especial que soporta cargas de hasta 45 toneladas y genera una propulsión suficiente sin generar turbulencias en el agua.
- El mástil de la embarcación está fabricado en titanio (y cuesta la friolera de 400 000 euros).
- La embarcación está fabricada en carbono, y las velas son de un tejido de fibra de carbono.
Cuando se rozan los límites de lo imposible, es imprescindible utilizar equipos de medición y prueba profesionales y potentes.